Viendo estas tres figuras de Andrey Ermakov, uno tiene que quitarse el sombrero ante tales maravillas. Son tres seres fantásticos (aunque haya quién crea que algunos existen de verdad); el primero es un demonio con su caldera, llamas y su pecador dentro y todo, el segundo es ese mítico animal mitad águila mitad león al que decían que montaba Apolo, y qué decir del tercero, o la tercera, esa sirena a la que no le falta un detalle: pelo, pecho, escamas y cola.
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